El cannabidiol mejora la memoria: los científicos han demostrado

El libre acceso a algunos preparados de marihuana en Europa occidental permite a cualquiera comprar libremente productos que contienen CBD en una tienda. Ya se ha reconocido oficialmente que el cannabidiol en su forma pura carece por completo de actividad psicógena y, en competencia con el alucinógeno THC, incluso compite por los receptores y modifica específicamente el efecto del tetrahidrocannabinol. Pero los investigadores estaban interesados en los efectos a largo plazo en el cerebro que podrían ocurrir en personas que consumen marihuana con regularidad.

Sin embargo, casi todos los estudios sobre los efectos de la marihuana se han centrado en la respuesta de la materia gris del cerebro. Esta estructura controla las habilidades motoras, la esfera emocional y, lo más importante, las funciones mentales superiores. Se han realizado muchas investigaciones y todavía no existe una conclusión única e inequívoca. Demasiados cambios positivos en la manifestación específica de la actividad funcional de la materia gris se deben a las propiedades alucinógenas de algunos componentes de la marihuana. Hay novedades prometedoras sobre el patrón de consumo de marihuana, en el que la actividad alucinógena del cannabis se neutraliza casi por completo, pero se mantiene la dinámica de cambios positivos.

Pero el trabajo cognitivo del cerebro se basa en lo que se almacena en la memoria y en las señales de la red neuronal. Pero es la materia blanca del cerebro la que controla el almacenamiento de la memoria a corto y largo plazo, y controla la modulación de las señales neuronales y su traducción. Por ello, investigadores alemanes emprendieron un extenso trabajo para identificar la respuesta de la materia blanca al uso de marihuana y algunos cannabinoides.

Por qué el CBD protege la memoria

En los estudios, que se llevaron a cabo en el centro clínico del Instituto de Medicina de Munich, participaron 120 voluntarios de entre 20 y 35 años, de los cuales la mitad consumía marihuana regularmente. El grupo de control nunca probó el cannabis en absoluto. Pero al mismo tiempo, dentro de cada grupo había gradaciones internas, por ejemplo, entre los miembros del grupo de control había participantes que bebían cerveza varias veces a la semana.

Durante 3 meses, dos veces por semana, los participantes fueron examinados mediante resonancia magnética del cerebro. Los resultados fueron acompañados de análisis de los medios biológicos del cuerpo: sangre, orina, saliva. Con ellos se determinaron las sustancias que los voluntarios habían consumido durante los últimos días.

¡La conclusión a la que llegaron los investigadores es clara! En ambos grupos no se revelaron diferencias en la estructura y densidad de la sustancia cerebral estudiada. La sustancia blanca no es susceptible a ninguno de los componentes de la marihuana. Al mismo tiempo, se analizaron los cambios no sólo en la microestructura del tejido biológico, sino también a nivel macro del órgano. Todos los cambios se correlacionaron con la dinámica habitual del funcionamiento cerebral en comparación con el grupo de control.

Pero lo más interesante fue un efecto secundario obtenido de uno de los miembros del grupo de control, el que no fumaba marihuana. Este participante bebía alrededor de un litro de cerveza 2 o 3 veces por semana. Dado que la investigación se llevó a cabo en Munich, esto forma parte de las tradiciones locales.

El efecto negativo del alcohol sobre la sustancia blanca del cerebro es conocido y confirmado experimentalmente. Pero en este participante, primero los resultados de la resonancia magnética mostraron una dinámica positiva en el trofismo de la sustancia blanca, y luego los análisis de sangre revelaron rastros de cannabidiol. Al ser entrevistado, el participante afirmó que compraba aceite de CBD y lo tomaba regularmente por la mañana, siguiendo la recomendación de un familiar.

Las condiciones del experimento no lo prohibían, porque los participantes debían llevar una vida normal y someterse únicamente a exámenes corporales periódicos. Sin embargo, este caso particular demostró experimentalmente que el uso regular de cannabidiol no sólo mejora el trofismo del tejido cerebral, sino que también aumenta sus defensas y la resistencia a los efectos tóxicos del etanol. El líder del equipo de investigación, el profesor F. Müller, afirmó que el próximo grupo de experimentadores estudiará las propiedades protectoras del CBD aislado en el cerebro humano.